EXTRANJEROS

Miércoles, 02 de Enero de 2013 00:00 hrs.

DEL “CHARRO” A MAZURKIEWICZ: LOS ILUSTRES QUE DEJARON HUELLA EN CHILE

El fútbol chileno ha sabido de la presencia de figuras mundiales que en distintas épocas defendieron los colores de equipos nacionales.
En el Estadio Jalisco de Guadalajara no cabía un alfiler el 17 de junio de 1970. En busca del paso a la gran final de la Copa del Mundo, dos colosos de Sudamérica se veían las caras, pues Brasil y Uruguay animaban uno de los duelos más recordados de ese certamen.

El partido era a tambor batiente, cuando Tostao vio el hueco en la defensa oriental y metió el balonazo profundo para la arremetida de Pelé. “O Rey” se aprestó a definir, pero ante la salida del arquero, decidió realizar una fantasmal finta que dejo al guardavallas en el piso, la pelota corriendo libre por un lado y la mismísima leyenda del Santos al trote hacia el otro. Pelé recogió el balón y remató cruzado, ante la desesperación del uruguayo Atilio Ancheta. La pelota rozó el poste derecho y aquella jugada pasaría a la historia como el “casi gol” más famoso de todos los tiempos.

Quien lucía el “1” en el cuadro “charrúa” era el recientemente fallecido Ladislao Mazurkiewicz, uno de los arqueros más reconocidos en la historia del fútbol mundial y que, al igual que otros extranjeros ilustres, dejaron su huella en nuestro fútbol.

El "Polaco" defendió el pórtico de Cobreloa en 1979 y es por ello que en el desierto caló hondo su partida. Ese equipo, adiestrado por Andrés Prieto, fue el último ensayo general antes de la época dorada de los "zorros del desierto" y en su trayectoria Mazurkiewicz lucía el título de campeón de la Copa Libertadores en 1966 con Peñarol, tricampeón de Uruguay también con los aurinegros y monarca del Brasileirao con Atlético Mineiro en 1971, entre otros laureles.

Los fanáticos del fútbol chileno han tenido la fortuna de ver in situ a figuras consulares. Los registros históricos sindican al argentino José Manuel Moreno como el primer astro del fútbol mundial en jugar en Chile.

LA LEYENDA DEL “CHARRO”

El Charro llegó a nuestro país en 1949 y fue el artífice del primer título de Universidad Católica. La jerarquía del argentino era incontrarrestable e incluso hoy en día hay quienes aseguran que el crack nacido en Merlo ha sido el mejor futbolista de la historia. Integrante de una de las delanteras más famosas de River Plate de todos los tiempos (“La Máquina”), Moreno fue elegido por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol como el quinto mejor sudamericano de la historia, detrás de Pelé, Maradona, Di Stéfano y Garrincha.

También desde Argentina y a la UC llegó en 1953 un delantero que dejaría marcas en el fútbol mundial. En Florencia, el rosarino Miguel Angel Montuori es una figura consular y que conquistó la ciudad toscana 35 años antes que lo hiciera Gabriel Omar Batistuta.
Montuori, quien vestido de “Viola” logró el scudetto 55/56, jugó tres temporadas en Universidad Católica y fue campeón en 1954. De Santiago partió a Italia, para la consagración definitiva.

CON SANGRE “MERENGUE”

Jugó cinco copas de campeones de Europa (La actual Champions League) portando la tricota del que, según la FIFA, fue el club más importante del siglo veinte. Compartió camarín, además, con estrellas de la talla de Alfredo Di Stéfano, Francisco Gento o Raymond Kopa.
El argentino José Héctor Rial fue titularísimo en el Real Madrid más ganador de todos los tiempos y, luego de cosechar cuanta gloria fuere posible en el viejo continente, su regreso a Sudamérica fue a Chile: el oriundo de Pergamino se retiró del fútbol activo en Unión Española, en 1964.

No fue el único caso de movimientos entre Chamartín y Santa Laura, pues pese a que llegó prácticamente en pañales a Independencia (1993), el español Fernando Sanz sería, tiempo después, titular en el Madrid campeón de la Champions de 1997/98 y en la Intercontinental de 1998.

Colo Colo también ha tenido el privilegio de contar entre sus filas con estrellas de nivel Mundial. René Orlando Houseman es una leyenda viviente de Huracán de Argentina. El “Hueso” fue campeón con “El Globito” en 1973 y, lo más destacado, monarca planetario con la Selección de su país en el Mundial de 1978. En el “Cacique” jugó en 1982.

Claudio Borghi fue otro campeón del mundo (1986) y continental (Libertadores 85, con Argentinos Juniors) que desplegó talento en Chile. El “Bichi” jugó en Colo Colo (1992), O´Higgins (1995), Audax Italiano (95 al 97) y Wanderers (1998 y 1999).

EL MOTOR DE COBRELOA

Otro que supo de éxitos globales fue Marcelo Trobbiani, quien se tituló campeón en México 86 con la Selección Argentina. El talentoso volante es una de las figuras más recordadas de Cobreloa, equipo al que defendió con éxito en 1988 y 1989. La corona de los loínos en el campeonato 88 llevó el sello del actual director de la Selección Sub 20 de Argentina.

Caso aparte el del histórico Mario Alberto Kempes. El “Matador”, emblema del Valencia de España y el mejor jugador del Mundial de 1978, llegó con 41 años a Concepción para defender los colores de Arturo Fernández Vial. Con 5 goles en 11 partidos, Kempes dejó su marca en la Octava Región.

El uruguayo Luis Cubilla, que en 1975 lució la V negra de Santiago Morning, también ofrecía una hoja de vida excepcional: tres copas Libertadores (dos con Peñarol y una con Nacional), dos Intercontinentales (una con cada gigante de Montevideo), nueve torneos uruguayos (cuatro con los "Manyas", cuatro con los "Bolsos" y uno con Defensor) y una Copa del Rey con el Barcelona de España.

Por ANTONIO LOMA-OSORIO
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