Originado de la rama de fútbol de la tradicional casa de estudios, Universidad Católica tiene una historia particular. Tras años de actuar como fiel representante de los estudiantes de dicha universidad, la Federación Deportiva de la PUC se unió a su símil de la Universidad de Chile para formar el “Club Universitario de Deportes”.

Tras algunos torneos participando como un mismo club, los estudiantes de la PUC dieron cuenta del predominio de alumnos de la casa de Bello en la asociación, lo que contribuyó al despertar de las ganas de fundar un club propio. Uno que rescatara los valores esenciales de su misma universidad y los proyectara como institución deportiva.

Fue así como el 21 de abril de 1937, tras varios amistosos con equipos fundadores del balompié nacional, como Green Cross y Colo Colo, y la aprobación de la Asociación Nacional de Fútbol, Universidad Católica dio su esperado salto al fútbol rentado tras oficializar su personalidad jurídica como club.

Lo mismo hizo su ex asociación hermana: Universidad de Chile. En ese mismo año, ambas casas de estudios ingresaron a disputar la Serie B del fútbol chileno, categoría de acceso a la primera división. De hecho, el primer Clásico Universitario se jugó el 13 de junio de 1937, con victoria para los laicos por 2 a 1.

Esa temporada tuvo a ambas instituciones en los dos primeros lugares, pero el reglamento de la Asociación Central de Fútbol sólo permitió el ascenso a Primera División. Se resolvió que jugarán un partido de definición. La UC perdió y postergó su sueño del profesionalismo hasta el año 1939, el que finalizó 9° entre 10 equipos.

Con el paso del tiempo, y el retorno desde argentina de un emblemático Sergio Livingstone, Universidad Católica tuvo un ansiado repunte deportivo y comenzó a tomar protagonismo en el futbol chileno. En 1949, de la mano Alberto Buccicardi, el conjunto cruzado logró su primera copa de primera división, logrando constituirse los años siguientes como un club de relevancia en el escenario nacional.

Los años 70’, sin embargo, fueron complicados. Una difícil crisis financiera repercutió en la cancha y resultó en el descenso del club en 1973. En 1975, con figuras como Alberto Foullioux, Oscar Wirth y Gustavo Moscoso, la UC venció la Segunda División y retornó a la elite del fútbol chileno, pero mantuvo discretas participaciones hasta el fin de la década.



Los 80’, con nueva administración, fueron la antesala de una época dorada. La conquista de la Copa Chile (1983), la Copa República (1983) y dos títulos de primera división (1984 y 1987) anticipaban un futuro promisor, incluso mayor de lo esperado. En aquel periodo se cimentó el sueño del estadio propio: San Carlos de Apoquindo, que finalmente sería inaugurado en 1988, dejando atrás el periodo de la UC haciendo de local en Independencia.

Junto al éxito deportivo, la UC logró incursionar con fuerza en el ámbito internacional. El club coronó los años 90’ con importantes participaciones en Copa Libertadores (llegando a la final en 1993) y la obtención de la Copa Interamericana frente a Deportivo Saprissa de Costa Rica en 1993, sin contar títulos a nivel local como las Copas Chile de 1993 y 1995, el Torneo de Apertura de 1997.

Desde su fundación, Universidad Católica ha conquistado 10 veces la primera división nacional, cuatro veces la Copa Chile, forjándose como uno de los clubes más vencedores del fútbol nacional. Además, ha incursionado con éxito en la formación de jugadores, logrando destacadas actuaciones en distintas categorías del fútbol formativo en el país.

FOTOGRAFÍA: ÁLVARO INOSTROZA Y CARLOS PARRA/ANFP